Este es una artículo publicado por Buenas Tareas, como siempre con el objetivo de compartir información que puede resultar útil para los locutores o bien todo aquel que usa la voz como instrumento de trabajo.

La palabra vocalización se utiliza para hacer referencia justamente al acto de vocalizar, es decir, de preparar la voz que una persona debe hacer antes de usarla en público, normalmente cuando se trata de locutores, cantantes o bien de personas que se dedican a hablar en público. La vocalización es siempre muy importante y no debe ser salteada porque del mismo modo que sucede con los músculos o con otras partes del cuerpo, el uso intensivo de las cuerdas vocales sin descanso o sin preparación puede fácilmente generar lesiones que pueden hacer perder la voz de manera momentánea o extendida.
Cuando una persona se dedica profesionalmente al uso de sus cuerdas vocales para la locución, cantar o para dar discursos en público, por ejemplo, es importante recurrir a la vocalización antes de llevar a cabo el acto en público. La vocalización supone precalentar las cuerdas vocales (del mismo modo que se pueden precalentar otros músculos cuando se hace por ejemplo una rutina aeróbica) para evitar que estas, ante el intensivo uso, se lesionen y dejen a la persona sin habla, además de con posibles dolores.

La importancia de dominar la modulación.
Este verbo tiene varias aplicaciones y usos, como variar las cualidades del sonido o del canto, modificar los factores que intervienen en un proceso para lograr diferentes resultados, pasar de una tonalidad a otra o alterar el valor de la frecuencia, amplitud o fase de una onda.
La modulación de la voz hace referencia al cambio de tono con armonía y suavidad, es decir, sin que resalte a oídos del oyente. Los locutores y los actores deben estar capacitados para modular la voz de acuerdo al género que transiten, sin perder claridad en la expresión ni la elegancia.

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